En casa, es de noche y preparas informes de tus alumnos mientras tus hijos ya duermen. Has perdido la cuenta de cuántas veces has tenido que llevarte trabajo a casa debido a la falta de tiempo en el instituto. Entre reuniones, papeleos, informes y atención personalizada, sientes que el tiempo para preparar tus clases y enseñar se hace cada vez más escaso. “¿Es esto lo que quiero para los próximos diez años?” te preguntas.