En la sala de profesores, tus compañeros discuten en voz baja pero con enojo. “¿No te parece injusto?”, comenta un compañero. “En otras comunidades autónomas, los profesores tienen sueldos mejores y menos carga horaria. Aquí seguimos trabajando sin recursos, sin refuerzos para los alumnos con necesidades especiales.” Asientes, y el malestar se te hace aún más evidente. Todo esto te hace sentir que la calidad de la educación está en juego, pero parece que desde las instituciones nadie escucha.