Hablando con otros padres, escuchas las mismas preocupaciones. Algunos cuentan cómo los profesores se ven sobrepasados, y otros mencionan que las clases son tan grandes que es imposible que se dé la atención que los chicos necesitan. Empiezas a entender que este no es solo un problema de tu hija, sino algo generalizado.
Debemos enseñar a las nuevas generaciones a soñar libres y con los ojos abiertos y la educación es la única llave para abrir la puerta de la libertad.